Magie de Cano

La batalla es del Señor

Y para que sepa toda esta asamblea que el Señor no libra ni con espada ni con lanza; porque la batalla es del Señor y Él os entregará en nuestras manos. 1 Samuel 17:47

La Iglesia está en un tiempo profético para aprender a gobernar en medio del enemigo. El Señor ha hablado y ha dicho que está enseñando a Sus temibles guerreros cómo luchar contra las hordas de Satanás. Los reinos de este mundo ahora comenzarán a convertirse en los Reinos de nuestro Señor. Es tiempo de que el Pueblo de Dios posea el Reino de Dios; es hora de que los santos del Altísimo posean su herencia en Cristo. El pueblo de Dios comenzará a poseer su herencia (todo lo que se les prometió en la Palabra de Dios) al despojar al enemigo. Esta posesión del Reino de Dios será directamente proporcional al despojo de las fortalezas del enemigo, tanto personal como corporativamente.

Daniel 7:18 Pero los santos del Altísimo recibirán el reino y poseerán el reino para siempre, por los siglos de los siglos.

LA TEMPORADA DE POSESIÓN

Este tiempo es «la temporada de posesión». Aquellos que poseen el Espíritu Santo harán poderosas proezas contra el reino de Satanás y recuperarán lo que les ha sido robado.

Levítico 20:24 Por eso os he dicho: Vosotros poseeréis su tierra, y yo mismo os la daré para que la poseáis, una tierra que mana leche y miel. Yo soy el Señor vuestro Dios, que os he apartado de los pueblos.

Números 33:53 y tomaréis posesión de la tierra y habitaréis en ella, porque os he dado la tierra para que la poseáis.

El Señor de los Ejércitos planea hacer una distinción entre los que pertenecen completamente a El y los que no. Hay un remanente justo que ama al Señor con todo su corazón y que están a punto de poseer la plenitud de lo que el Señor les ha prometido.

Zacarías 8: 11-12 Pero ahora yo no trataré al remanente de este pueblo como en los días pasados —declara el Señor de los ejércitos. Porque habrá simiente de paz: la vid dará su fruto, la tierra dará su producto y los cielos darán su rocío; y haré que el remanente de este pueblo herede todas estas cosas.

Pueblo del Señor, ¡NO SE RINDAN! El enemigo ha luchado mucho para evitar que hereden las promesas de Dios, pero ahora llega la «TEMPORADA DE POSESION». Fortalézcanse en el Señor como lo hizo David cuando lo perdió todo en Siclag. David se animó a sí mismo en el Señor y recuperó todo lo que le había sido robado (1 Samuel 30: 1-19).

«… Pero el que en mí se refugie, heredará la tierra, y poseerá mi santo monte» (Isaías 57:13). Aquellos que moran en Sion lucharán contra el enemigo en el día de Su Poder, y las puertas del Infierno no prevalecerán contra ellos.

Isaías 28: 5-6 En aquel día el Señor de los ejércitos será hermosa corona, gloriosa diadema para el remanente de su pueblo, espíritu de justicia para el que se sienta en juicio, y fuerza para aquellos que rechazan el asalto en la puerta.

Levántense, valientes de Dios, porque es tiempo de que posean las puertas del enemigo. Están injertados como hijos de Abraham (Gálatas 3:29), y la promesa es para ustedes.

Génesis 22: 15-17 El ángel del Señor llamó a Abraham por segunda vez desde el cielo, y dijo: Por mí mismo he jurado, declara el Señor, que por cuanto has hecho esto y no me has rehusado tu hijo, tu único, de cierto te bendeciré grandemente, y multiplicaré en gran manera tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena en la orilla del mar, y tu descendencia poseerá la puerta de sus enemigos.

EL SEÑOR SIEMPRE NOS LLEVA A LA VICTORIA  

Sean fuertes en el Señor y en el poder de su fuerza, porque la batalla es del Señor. No se desanimen, porque el Señor mismo peleará por ustedes. El enemigo será entregado en sus manos, porque el Señor siempre nos conduce a la victoria. La declaración de David sigue siendo verdadera: “y para que sepa toda esta asamblea que el Señor no libra ni con espada ni con lanza; porque la batalla es del Señor y Él os entregará en nuestras manos. (1 Samuel 17:47)

Es tiempo de que el Pueblo de Dios regrese a la batalla en las puertas y posea el Reino de Dios. Ustedes son los temibles guerreros del Altísimo. Toquen trompeta en Sion, levántense como valientes guerreros y tomen la tierra para el Señor. ¡El la ha entregado en sus manos! (Bill Burns)

1 Samuel 30:18-19 David recuperó todo lo que los amalecitas habían tomado, también rescató[m] a sus dos mujeres. Nada de lo que era de ellos les faltó, pequeño o grande, hijos o hijas, botín o cualquier cosa que habían tomado para sí; David lo recuperó todo.