Douglas Hernández Franco Opinión

No, no es ser negativo

Frecuentemente asociamos el “no” con ser negativo, ya que implícitamente trae consigo negación o rechazo de algo. Y si le agregamos que culturalmente lo aplicamos incluso para solicitar algo, como, por ejemplo: ¿no me hace un favor? ¿no quiere un café? ¿no quiere pasar? ¿no se quiere sentar?, entre otras expresiones, remarcamos ese negativismo.

Ser negativo es ver lo irremediable de todo lo que sucede, es afirmar que el vaso está medio vacío. Son las personas que se quejan de todo, las que todo se lo toman personal y se sienten aludidas, las que renuncian después del primer intento fallido, las que viven en el pasado sin disfrutar el presente. Son aquellas personas que sólo remarcan sus debilidades, y se quejan de su estado actual, pero rehúsan a salir de su zona de confort. Viven a la expectativa del qué dirán los demás y no tiene la capacidad de controlar su propia vida.

El negativismo son sólo ideas que aumentan la debilidad emocional que provoca inconscientemente la perdida de toda esperanza de logro y de éxito. Los pensamientos negativos por lo general son criticas sobre uno mismo.

Por el contrario, la palabra NO, como afirmación es libertad. Tenemos el derecho de decir a no a lo que nos gusta, con lo que no estamos de cuerdo, con lo que no queremos hacer. Es un derecho que algunas veces no lo aplicamos por algún temor, desde el “¿Qué dirán?, hasta “me da pena decir que no”.

Se debe buscar el lado bueno del “no”, tiene que buscar el valor a las cosas que hace para que tengan un significado en su vida. Bien sea que haya dicho “si” o “no”, no es relevante, lo importante es que se sienta a gusto con esa decisión. Así podrá disfrutar los resultados.