Suelta el pasado y entra en la promesa
Presten atención, que estoy por crear un cielo nuevo y una tierra nueva. No volverán a mencionarse las cosas pasadas ni se traerán a la memoria. Isaías 65:17
Esta es una palabra para todos aquellos que nos hemos encontrado atrapados en el pasado, paralizados por la vergüenza, la culpa, los ciclos de auto-sabotaje, o incluso aún llorando lo que se perdió. Tal vez has estado dando vueltas a la misma montaña en tus pensamientos, repasando lo que salió mal, deseando poder regresar, o castigándote por errores que no puedes deshacer. Pero escúchame: Dios está hablando hoy. Él no quiere que estés encadenado a lo de ayer. Él quiere que seas libre, que avances y progreses en cada área de tu vida. Lo que el enemigo intentó hacer al atraparte en el remordimiento, Dios lo está convirtiendo en un testimonio de redención.
El 14 de septiembre de 2025 tuve un sueño. En este sueño, estaba en la casa de una persona cuyo nombre significa “gobernante pacífico”. Yo estaba allí para orar por un niño que necesitaba liberación de demonios. Oré una vez, dos veces, tres veces, pero nada pasó. Frustrada, clamé a Dios: “Señor, ¿por qué este niño no está siendo liberado?” Entonces el Señor me mostró una visión de un feto con su cordón umbilical aún conectado, pero no a una madre. En cambio, el otro extremo estaba conectado a toda una red de órganos que bombeaban sangre, alimentando a este bebé. Pregunté: “Señor, ¿qué es esto? ¿Qué significa?” Él respondió:
“Rosangela, el niño representa a Mis hijos que están detenidos en su caminar espiritual y en muchas áreas de su vida. La razón por la cual no están siendo liberados es porque aún están atados al pasado. El bebé es su trauma, sus heridas no sanadas y su falta de perdón. Están siendo mantenidos con vida, alimentados por sus pensamientos, por su constante meditación y repaso del pasado. Lo reproducen una y otra vez. Algunos incluso lloran el pasado como la esposa de Lot, mirando hacia atrás en lugar de hacia adelante.
“Ninguna cantidad de oración, sesiones de liberación o ayunos puede desatarlos hasta que ellos tomen la decisión consciente de llevar cautivos esos pensamientos y romper las ataduras. Algunos han hecho votos internos: ‘Nunca los perdonaré. Nunca olvidaré lo que pasó. Nunca superaré esta pérdida.’ Pero hasta que no lo hagan, permanecerán atados. Jamás progresarán en finanzas, ministerio, negocios, relaciones, sanidad o propósito, porque las cadenas del pasado los mantendrán bajo yugo. Seguirán bebiendo leche y nunca pasarán al alimento sólido. Vivirán en dependencia, no de Mí, sino de sus emociones, sentimientos y pensamientos. Seguirán sobreviviendo en un espacio pequeño cuando Yo he preparado abundancia para ellos. ¡Pero anhelo desatarlos del dolor del pasado para poder liberarlos! Porque he venido a proclamar libertad a los cautivos y apertura de prisión a los prisioneros.”
Isaías 61 lo declara. Y en Isaías 58:6 leemos: “¿No es más bien el ayuno que Yo escogí: desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, dejar libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo?” La palabra “ligadura” aquí es la palabra hebrea chartsubbah (Strong’s H2784) y pinta la imagen de cuerdas apretadas, grilletes o bandas que confinan. No se trata solo de cadenas físicas, sino de cautiverio espiritual, emocional y mental. Son las ataduras invisibles que mantienen al pueblo de Dios amarrado, como una soga alrededor del cuello de un animal. Según el Diccionario Oxford, significa “atar (a un animal) con una cuerda o cadena para restringir su movimiento”. La raíz viene del nórdico antiguo tjóðr. La imagen es la de algo atado, restringido e incapaz de moverse libremente.
El Señor dice: “Mis hijos no fueron creados para estar atados como animales. Yo envié a Mi Hijo para romper toda cadena y liberar a los cautivos.” Gálatas 5:1 declara: “Para libertad Cristo nos hizo libres; manteneos, pues, firmes, y no os volváis a someter al yugo de esclavitud.” El Salmo 107:10–14 describe este mismo cautiverio: “Algunos moraban en tinieblas y sombra de muerte, aprisionados en aflicción y en hierros… Clamaron al Señor en su angustia, y los libró de sus aflicciones. Los sacó de las tinieblas y de la sombra de muerte, y rompió sus prisiones.”
LA LIBERTAD REQUIERE DECISION
Este es el corazón de nuestro Dios: romper ligaduras, cortar el cordón y sacarnos de las tinieblas a Su luz admirable. Pero aquí está la clave: la libertad requiere una decisión. Filipenses 3:13–14 dice:“Una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” Y el mismo Jesús dijo en Lucas 9:62: “Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el Reino de Dios.”
El pasado no está destinado a alimentarnos. El cordón umbilical del trauma, la amargura y la falta de perdón debe cortarse, porque está suministrando vida a lo incorrecto. Si seguimos alimentando el dolor, seguirá creciendo. Si seguimos amamantando la amargura, seguirá madurando. Y si seguimos mirando atrás, nunca entraremos en lo nuevo.
DESHAZTE DE LO VIEJO Y ENTRA EN LO NUEVO
Isaías 43:19 dice: “He aquí que Yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis?” Amados, hay pasos nuevos que Dios nos está pidiendo dar para avanzar en nuestra vida. Pero si nos rehusamos a soltar lo viejo, si nos aferramos a la falta de perdón o seguimos repasando el pasado, permaneceremos estancados. Dios vino a darnos vida, y vida en abundancia (Juan 10:10). Él nos llama a desatarnos del pasado y a atarnos en cambio a Cristo, la vid verdadera, nuestra fuente de vida y paz. Y recuerda, Su paz no es parcial, sino shalom: plenitud en espíritu, alma y cuerpo. Él es el Gobernante Pacífico, y Su gobierno no es esclavitud, sino libertad. Así que hoy te pregunto: ¿qué paso puedes dar para desatarte del pasado y dejar entrar lo nuevo?
El Señor dice: “Te estoy desatando de tu pasado para que entres en Mi promesa. Estoy cortando cordones, rompiendo ligaduras, soltando yugos. No te vuelvas a atar al dolor, átate a Mí. Porque donde está Mi Espíritu, allí hay libertad.” Hoy estamos rompiendo las ataduras que nos mantenían cautivos para poder entrar con valentía en la libertad y el futuro que Dios tiene para nosotros. Él está haciendo algo nuevo. ¡Deja de mirar atrás y entra en lo nuevo! (Una palabra de Rosangela Atte)
Isaías 43:18-19 RVC «Ya no se acuerden de las cosas pasadas; no hagan memoria de las cosas antiguas. Fíjense en que yo hago algo nuevo, que pronto saldrá a la luz. ¿Acaso no lo saben? Volveré a abrir un camino en el desierto, y haré que corran ríos en el páramo.
Con amor y oraciones,
Magie de Cano