Pierden la vida en busca de trabajo
Más de 4 mil 800 migrantes han muerto en la frontera sur de Estados Unidos (EE. UU) durante la última década, en tanto la mayor causa de esos decesos ha sido el ahogamiento en el río Bravo; de esta cifra, un considerable número de migrantes fallecidos no han sido identificados, según el portal de datos abiertos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Los migrantes mueren ahogados, luego de improvisar balsas que fácilmente vuelcan cuando hay fuertes corrientes de agua.
A inicios de 2024, el río Bravo tuvo un incremento en su caudal debido a los convenios establecidos desde 1944, en un tratado de aguas entre los gobiernos de México y Estados Unidos, el cual consiste en la liberación de agua en marzo.
Mientras tanto, otros migrantes han muerto en condiciones ambientales duras: en el desierto o por falta de alimentos y beber agua en mal estado. Otros migrantes son asediados por el crimen organizado que termina por desaparecerlos.
Recién, en Nuevo México se incrementó el número de muertes debido a que las pandillas de contrabandistas transportan a los en condiciones infrahumanas por el caluroso desierto, cañones o montañas al oeste de El Paso, Texas. Durante los primeros ocho meses del año se hallaron en dicho lugar un total de 108 migrantes fallecidos, la mayoría de Centroamérica.
Jaime Rivas Castillo, especialista en temas de movilidad humana, explica que siempre habrá un subregistro en muertes de migrantes, principalmente porque los mecanismos institucionales no se activan si no hay un aviso o denuncia por parte de los familiares o allegados de las personas migrantes.
Más de dos tercios de los migrantes cuyas muertes fueron documentadas siguen sin ser identificados, teniendo las familias y las comunidades que enfrentar la pérdida ambigua de sus seres queridos”, señaló la organización en un informe.
La seguridad fronteriza y la inmigración fueron dos temas centrales en las elecciones de Estados Unidos, donde el republicano Donald Trump resultó ganador y, entre sus promesas de campaña, figura cerrar la frontera y realizar la mayor deportación en la historia de EE. UU.”.