Escuelas en Guatemala

Educación en crisis: La urgente necesidad de reformar las escuelas en Guatemala

Mientras otros países implementan las escuelas del futuro, en Guatemala reparan las escuelas del pasado: de los 35 mil centros educativos públicos existentes en todo el país, 21 mil 62 tienen problemas en los baños, el 48% tiene techos deteriorados, uno de cada dos reporta daños en puertas y ventanas, 10 mil 484 tienen defectuoso el sistema de tubería de agua y 10 mil 92 el de drenajes, según el Ministerio de Educación.

Pero, aunque las instalaciones y servicios son esenciales, importa más el sistema para cumplir el objetivo esencial: el aprendizaje de los alumnos. El analista en Educación, Fernando Rubio, dice que el déficit en las instalaciones también ocurre en el sistema privado, así como las carencias en la enseñanza.

“El problema de la educación en Guatemala no es un problema del sector público o privado, sino del país”, enfatiza Rubio.

Esta decadencia se agudizó aún más durante el ciclo 2023, cuando, lejos de alcanzar los 180 días de clases que establece el programa, se perdieron entre 30 y 50 días de presencialidad; en cuanto a las cifras, Guatemala retrocedió a principios de siglo, específicamente a 2002, cuando el total de horas de clases rondaba en una cifra similar.

En una Escuela del Futuro se logra el aprendizaje deseado de los alumnos, más allá de la infraestructura.

Contar con los servicios básicos es esencial, pero una escuela del futuro consiste específicamente en la efectividad del aprendizaje, donde los alumnos aprenden lo suficiente y se integra la tecnología en la dinámica de enseñanza para operar en el mundo real; es muy distinto a simplemente dotar de computadoras o tabletas a un centro educativo, añadió el analista.