Niños guatemaltecos cruzan la frontera para trabajar en Chiapas
Está comprobado que afecta la salud física y emocional, pero unos dos millones de niños guatemaltecos deben ganar el pan diario; incluso, algunos cruzan la frontera hacia Chiapas, México, donde realizan tareas agrícolas y comerciales.
En el parque de Tapachula, Chiapas, se torna recurrente ver a niños originarios de Quetzaltenango, San Marcos, Huehuetenango y Totonicapán ofreciendo golosinas, aunque la mayoría está en las fincas junto a sus padres, trabajando en tareas de cosecha y durmiendo en establos.
Así están las cosas: el 18% de la población económicamente activa en Guatemala está entre los 7 y 17 años; el 60% se gana la vida en el sector agrícola, mientras que el resto lo hace en el comercio, hotelería e industrias manufactureras.
El sector turismo recluta cada vez a más menores para distintos oficios. Katie Taylor, representante de la Fundación Panamericana para el Desarrollo, informa que la prioridad en 2024 es unir al sector privado y estatal para trabajar en disminuir esta problemática y crear oportunidades para que los niños asistan a la escuela.
A esta iniciativa se le denomina «Acción Colectiva Laboral», a través de la cual se pretende disminuir la tendencia del trabajo infantil en el sector turismo y agrícola. Ahora se acercan a las compañías con el propósito de unificar esfuerzos, así como con entidades de gobierno y representantes de la sociedad civil.
En las áreas rurales de Quetzaltenango, San Marcos, Totonicapán y Huehuetenango, la tasa de escolaridad es de 1.3 años y la principal causa de deserción es el trabajo infantil. A nivel nacional, la tasa de escolaridad en 2023 fue de 2.3 años, mientras que a nivel de Latinoamérica es de 6 años.