Ataque en Nepal

Revuelta sacude Nepal: edificios del Estado, élite política y centros económicos incendiados

Una ola de violencia sin precedentes sacudió Nepal entre el 8 y 9 de septiembre, cuando grupos de jóvenes, identificados como parte de la llamada “Generación Z”, protagonizaron una revuelta que dejó a su paso destrucción masiva y un país paralizado.

Los manifestantes dirigieron sus ataques contra los principales símbolos del poder político, administrativo y económico, con el objetivo de desmantelar un sistema que consideran ilegítimo. Entre los daños materiales más graves se encuentran la quema del Parlamento Federal, el complejo administrativo Singha Durbar, la Corte Suprema y la residencia oficial del Primer Ministro, así como múltiples prisiones, incluyendo la de Nakhu en Katmandú, de donde escaparon más de 2 mil reclusos.

La violencia también se enfocó en la clase política. Residencias privadas de destacados líderes fueron incendiadas, resultando en la muerte de la esposa del exprimer ministro Jhalanath Khanal y agresiones físicas a figuras como Sher Bahadur Deuba. Además, la oficina central del Congreso Nepalí fue incendiada.

El sector privado y los medios de comunicación no escaparon al ataque. Hoteles como el Hilton de Katmandú y oficinas del Kantipur Media Group fueron destruidos, mientras que concesionarios de automóviles y comercios fueron incendiados, dejando paralizada la actividad económica.

La infraestructura del país sufrió severos daños: el Aeropuerto Internacional de Katmandú fue cerrado y puesto bajo control militar tras un intento de asalto, y el comercio y turismo en la capital se detuvieron por completo, afectando a turistas y residentes.