El abrazo de la restauración
Entonces regresó a la casa de su padre, y cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio llegar. Lleno de amor y de compasión, corrió hacia su hijo, lo abrazó y lo besó. Lucas 15:20 NTV
El Señor te está envolviendo en Su gloria: toda herida está siendo sanada, toda lágrima redimida, y un nuevo manto de poder está siendo colocado sobre ti para tu mayor rompimiento. Hay una santa quietud en este momento, un silencio lleno del latido del corazón de Dios. El Padre se inclina, envolviendo Su radiante manto alrededor del alma cansada, y susurra: “Tú eres Mío, Tú eres Mía.”
Isaías 43:1 NTV …No tengas miedo, porque he pagado tu rescate; te he llamado por tu nombre; eres mío.
En ese abrazo divino, cada fragmento roto comienza a sanar. El pasado pierde su poder. Las voces de acusación se desvanecen. Porque cuando Dios te atrae hacia sí, tu identidad es reescrita en luz. Este no es solo un abrazo de consuelo, sino un abrazo de transformación. Las manos que formaron galaxias ahora descansan sobre tus hombros, no solo para consolarte, sino para comisionarte. Los mismos brazos que una vez llevaron la cruz ahora te llevan a una nueva temporada de destino.
Lucas 15:20 NTV Entonces regresó a la casa de su padre, y cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio llegar. Lleno de amor y de compasión, corrió hacia su hijo, lo abrazó y lo besó.
El aceite de las lágrimas de ayer se está convirtiendo en la fragancia de la unción de mañana.
Estás de pie en el umbral de una recompensa divina, donde lo que fue robado será restaurado siete veces más. En las cámaras ocultas de Su gloria, Él te está vistiendo con ropas de poder, pureza y propósito. Estás siendo revestida con el fuego de la identidad divina, un manto que ningún hombre puede dar ni ningún enemigo puede quitar.
Isaías 61:10 NTV ¡Me llené de alegría en el Señor mi Dios! Pues él me vistió con ropas de salvación y me envolvió en un manto de justicia. Soy como un novio vestido para su boda o una novia con sus joyas.
No eres la misma persona que eras cuando entraste en Su presencia. El toque de la eternidad te ha marcado. El aliento mismo de Dios ahora reposa sobre ti, despertando cada sueño dormido y sellando cada promesa hablada sobre tu vida. Y ahora, al avanzar desde los brazos del Padre, llevas algo nuevo: la fragancia de la intimidad, la autoridad de quien ha sido sostenido(a) por el mismo Amor. Entrarás en lugares y las atmósferas cambiarán. Hablarás, y Dios te responderá. Te moverás, y la creación reconocerá a quien ha estado en el lugar secreto.
Mateo 6:6 Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
Esta es la hora de tu despertar. Este es el momento en que el Cielo reescribe tu nombre en gloria. Desde Su abrazo, te levantas restaurado(a), renovado(a) y radiante. No estás regresando, estás resurgiendo. No te estás recuperando, te estás transformando. No estás olvidado(a), estás siendo favorecido(a). Y la voz de Dios truena suavemente a través de la eternidad: «Tú eres Mío, Tú eres Mía, y Yo completaré lo que comencé en ti. Permite que mi amor lave el peso de tu batalla, pues esta ha terminado y tu paz ha llegado. Las mismas manos que te formaron ahora te elevan hacia tu destino. El abrazo del Padre te ha encontrado, y este abrazo es tu punto de inflexión hacia la restauración y la victoria. (Una palabra de Richard Elias James)
Jeremías 1:8 NTV No le tengas miedo a la gente, porque estaré contigo y te protegeré. ¡Yo, el Señor, he hablado!
Con amor y oraciones,
Magie de Cano