Douglas Hernández Franco Opinión

El eufemismo de “póngase las pilas”

Comúnmente hemos escuchado la elocución “póngase las pilas”, lo cual significa que debemos poner más empeño en las tareas que estamos realizando. Con las pilas puestas, se puede retomar el trayecto, porque automáticamente tendremos más energía, vitalidad y fuerza. Y por supuesto, es bueno, recargar para poder continuar. Desde la alimentación, el descanso, la diversión, son detonantes de energía, incluso un espacio de solaz y esparcimiento. Es bueno ponerse las pilas.

Ahora bien, si lo vemos desde el punto de vista técnico, una pila de por sí, tiene un tiempo de vida limitado. Por muy buena y nueva que sea la batería, se quedará sin energía y tendremos que escuchar nuevamente el “póngase las pilas”. Si tomamos como ejemplo la batería de un carro, ésta sirve únicamente para el encendido. Es un proceso que consume gran cantidad de energía, y si se utiliza frecuentemente, se quedará sin carga. Para que no nos falle cuando más lo necesitamos, tiene un mecanismo de auto cargado, por medio de un aparato llamado alternador, el cual le devuelve la carga cuando el auto esta en funcionamiento.

En nuestra vida cotidiana algunas veces es difícil encontrar nuestro alternador. Por supuesto que tenemos grandes motivaciones, los hijos, conyugues, padres, familia, amigos, trabajo, metas, entre otros. Claro, ellos, son grandes detonantes de energía, pero ¿Qué sucede cuando nuestro alternador interno está fallando? ¿Qué pasa cuando en nuestro interior no encontramos esas razones para hacerlo, para lograrlo?

Es allí, donde entra nuestro proceso emocional. Tenemos que saber la razón por la cual no podemos cargar automáticamente nuestra batería. Entre muchas razones puede ser: miedos, inseguridades, indisciplina, procrastinaciones, caprichos, propósitos sin definir, etcétera.  Es importante reconocer qué nos pesa demasiado, lo que no nos permite avanzar al ritmo deseado y sobre todo lo que no nos deja recargar nuestro interior. Si considera necesario, busque ayuda profesional.

Recuerde que usted es su propio proyecto de vida, de hecho, el más importante. Dedíquese tiempo para aprender, tenga razones para amar y busque motivos para volar.