Douglas Hernández Franco Opinión

Resetea tu software emocional

Algunas personas se viven quejando de su vida en general. Que siempre les sucede tal o cual cosa, que sólo a ellas les pasa lo mismo, que todos los días es igual, y así, pasan su día a día. Quejándose de las circunstancias. Que podría pasar si en lugar de preguntarse ¿por qué siempre me sucede lo mismo?, las personas se preguntarían ¿por qué siempre elijo hacer lo mismo?

El poeta, novelista, dramaturgo y Johann Wolfgang von Goethe alemán, citó en una oportunidad: “Trata a un hombre tal como es, y seguirá siendo lo que es; trátalo como puede y debe ser, y se convertirá en lo que puede y debe ser”. Si analizamos la cita, enfoca el poder que usted tiene para alentar a otras personas, animarlas, de levantarles el ánimo, y por qué no decirlo, de exigirles lo mejor, porque son capaces de hacer.

Me gustaría que realizara un ejercicio; si usted lee, verá que el pensamiento está dirigido a otra persona, puede ser él, ella, ellos, usted, ustedes. Sin embargo, le planteo lo siguiente: ahora escriba la cita en primera persona, quedaría así:

Si me trato tal como soy, seré, y seguiré siendo lo que soy;

si mi trato como puedo y debo ser,

me convertiré en lo que puedo y debo ser.

Y es aquí donde entra la magnificencia de este corto pensamiento. Porque es fácil decirle a los demás que cambien su forma de pensar, pero cuesta decirlo a uno mismo, y mucho más llevarlo a la práctica.

En general, la mayoría de las personas se quejan por todo, sin embargo, están lo suficientemente “cómodas” como para dar el salto y hacerlo de un modo distinto. Además, les aterra salir de su zona de confort. Y por supuesto, estoy totalmente de acuerdo que se ve fácil cuando solo está en palabras, pero ya ponerlo en práctica, es sumamente difícil.

Es importante recalcar que las personas son seres de costumbre, que actúan por repetición, por comodidad, por no pensar en otra opción, etc. Y el cerebro como tal, con todo y su composición orgánica, no es más que una masa que puede pesar entre 3 y 4 libras, sin embargo, llega a consumir hasta el 25% de su energía corporal. Y lo que se hace a daría, es el resultado de haberlo hecho durante muchos años, ha sido una repetición continua.

Ahora bien, hay  una buena noticia, si usted quiere cambiar un hábito o una conducta, se puede reprogramar la mente, tal como se hace con una computadora o un teléfono móvil. Para principiar este proceso, hay una pregunta muy importante que debe hacerse: ¿Por qué lo desea modificar? La base de todo progreso es una tener una razón, la cual es el aliciente perfecto para el cambio.

El cerebro, en su estructura orgánica, está diseñado para regenerase, todos los días. Este proceso se llama apoptosis, también llamada “muerte celular programada”, es el proceso bioquímico natural por el que mueren y se renuevan nuestras células y viene codificada en la información genética de la propia célula. En otras palabras, es la propia célula que dictamina cómo y cuándo ha de ser eliminada, en función de las señales que recibe de su interior y de su entorno.

Hasta hace unos años se tenía el mito de que el ser humano en promedio, solamente utilizaba el 10% de la capacidad de su cerebro. Hoy en día, gracias a numerosos estudios científicos está demostrado que utilizamos todo el cerebro, sin embargo, no lo utilizamos adecuadamente. Usar únicamente el 10% sería como tener todo lo de su casa en un solo cuarto.

El funcionamiento del cerebro se basa en la información que va recibiendo día a día. Lo que almacena se llama memoria, y es la base de todo comportamiento. Es increíble saber la cantidad de datos que almacena el cerebro, es por ello, que para la ciencia es uno de los misterios más grandes. Así que la memoria es la responsable de los comportamientos, en general.

Los científicos han llamado NEUROGÉNESIS al proceso de restauración natural del cerebro, y por increíble que parezca, la alimentación es básica e importante para este proceso. Las comidas que contengan grasas saturadas, el consumo excesivo de alcohol, las bebidas gaseosas son nocivas para ese proceso orgánico natural, y por supuesto, no dormir adecuadamente.

Para que la neurogénesis sea más efectiva se deben consumir alimentos ricos en flavonoides, como el brócoli, apio, perejil, puerros, cebollas y otras hierbas. Además, manzanas, uvas, cacao, té verde. Naranjas y otros cítricos. Arándanos, ciruelas, uvas rojas y moradas y vino tinto, siempre y cuando sea con moderación. Omega 3, el cual se encuentra en el pescado y nueces. Otro punto que es de mucha importancia es el ejercicio, sobre todo trotar.

Ese el cuidado que le debemos dar a nuestro cuerpo, para que se procure sano en la medida de lo posible, y funcione adecuadamente, sin embargo, falta otra parte que es de igual importante y muchas veces se mantiene en el olvido. Descuidamos la alimentación de nuestros pensamientos.

Debemos ejercitar nuestra autoestima, tal como hacemos con nuestro cuerpo. Es un proceso, no será de resultados rápidos. Cuando inicia un ejercicio, o aprende a tocar un instrumento, el cambio será paulatina, a medida que practica. Y cuanto más practique, verá los resultados más pronto.

Primero pregúntese ¿Por qué quiero cambiar? Y todos los días, dese motivos para iniciar ese proceso. Poco a poco. Recuerde que ser positivo es una elección, ya que usted tiene la capacidad de decidir qué pensar, qué sentir y cómo actuar.

Si toma la decisión de que querer ser positivo, empezará a desarrollar esa consciencia necesaria para ir cambiando poco a poco su forma de pensar y actuar hacía algo más positivo.

Otro consejo es que debe desarrollar pensamientos positivos que tiene de usted. Es sumamente importante que se trate con respeto y significado de valor. De esa forma será más agradecido, y recuerde que el agradecimiento trae abundancia y la queja pobreza. Y dos últimos consejos, aprenda a sonreír más y aléjese de todo lo negativo, desde cosas hasta personas.