Finalmente mataron el sueño de Sebastián
Su nombre artístico era “Farruko Pop” (Jorge Sebastián Pop Chocoj 2005-2024), un adolescente sin miedo al éxito y a las críticas, que eran su pan de cada día en redes sociales, donde también se viralizó por su carisma y perseverancia. La tarde de este sábado 25 de mayo se confirmó su violenta muerte, luego de varios días de desaparecido.
Vivió su niñez en la aldea Chacalte, Izabal, junto a sus padres Manuel Pop y Juana Chocoj, pero también abuelos y hermanos. Su segundo idioma era el español y el materno el Q´ueqchi. Las paredes de su vivienda estaban hechas de tablones, suelo de tierra y techo de palma; casi no había muebles, solo lo suficiente para cocinar y ningún cubierto para comer; eso sí, el calor de hogar era más intenso que el clima de esa tierra costera y más agradable que la brisa de verano.
Desde niño supo que quería cantar y su padre nunca dudo en apoyarlo, aunque sin recursos para costearle clases de canto, lo presentaba en cumpleaños de familiares y su maestro lo instaba a cantar en eventos de la escuela, donde culminó satisfactoriamente su educación primaria.
Inicialmente él mismo hacía sus grabaciones con un teléfono de baja resolución, pero a los 17 años decidió salir en busca de sus sueños: sin un centavo entre la bolsa, solo una mochila sobre sus hombros y un pañuelo en el cuello para cubrirse del sol, porque debió caminar durante 4 horas para llegar a Izabal, donde un amable señor le regaló para su pasaje hacia Alta Verapaz.
Estaba tan seguro de que triunfaría, que toco la puerta de RG Studio como si fuera la de su propia casa. El productor Rudy Gamaliel le confesó que había mucho trabajo por hacer y que le daría la oportunidad únicamente por el esfuerzo que había hecho, “me gustan los retos”, dijo en un video grabado en esa ocasión.
El amor a sus padres y el deseo de sacarlos adelante fue su motor, pero su inspiración la halló en los guatemaltecos que han viajado a Estados Unidos en busca de sus sueños. “Si tienen sueños, que no se dejen ahí, no se queden pensando; más mejor luchar y Dios sabrá todos los caminos de uno, porque nosotros no sabemos qué sueños tiene cada uno (…) yo sé que hay muchas personas que están diciendo -no podés-, pero nadie tiene el derecho de cortar los sueños de otras personas”, dijo durante una entrevista en una cadena de televisión internacional.
Y es que, durante los siguientes 4 meses, antes de regresar por primera vez a su hogar, vivió una secuencia de situaciones inimaginables para cualquier mortal, pero no para Sebastián Pop: grabó su primer video clip con una cámara 6K, se subió al escenario a cantar con Espinoza Paz la canción que más le gustó en vida, “El soltero feliz”, cantó en circos, teatros, parques y donde se lo pidieran, porque jamás supo negarse a lo que más le gustaba hacer.
Lo anterior es una muestra de que cuando alguien desea algo con el corazón y trabaja concienzudamente el Universo conspira para hacerlo realidad. Aunque carecía de técnicas de canto, tenía música en el corazón y su humildad se ganó el corazón de miles de seguidores, incluido el cantante colombiano “Maluma”, quien hizo un video para reconocer su esfuerzo.
En vida honro a padre y madre, incluso el reciente 10 de mayo, hizo un video donde le obsequió Q300 a una mujer con tres niños desnutridos que fallidamente pedían ayuda a orilla de la carretera. Pero como lo expresa en esa grabación, la idea no era mostrarse como alguien generoso, sino incentivar a otros para hacer lo mismo: “Así como son pilas para criticar, ayuden también”, dijo.
Una semana después de grabar la melodía “Bella”, tenía más de 10 millones de reproducciones en Facebook, aunque su sueño principal era cantar sus propias letras.
En mayo reciente también participó en la audición del concurso musical “La Academia” de TV Azteca Guatemala, realizada en Quetzaltenango, donde fue recibido como toda una celebridad y respondió con la humildad que lo caracterizaba, fotografiándose con quien se le ponía enfrente y saludando a todos a su paso; consiente de que aún le faltaba mucho por aprender, según dijo previamente en una entrevista: “Me gustaría ir a representar el esfuerzo de mis padres y del público guatemalteco que me apoya”.
Una lluvia de críticas inundó las redes sociales, pero Farruko Pop reconoció el talento de sus compañeros participantes, salió con la frente en alto y más feliz que cuando llegó, porque gracias a ese carisma se ganó una beca de canto, la cual aceptó con agradecimiento y puso todas las ganas durante los pocos días que asistió, antes de ser asesinado en la capital.
Así fueron sepultados los sueños de un hombre perseverante, buen hijo, hermano, amigo y artista de corazón. En paz descanse Jorge Sebastián Pop Chocoj y resignación a su familia.
¡Me dueles, Guatemala!