Creer para crear

El ser humano es una compleja maquinaria compuesta entre otros elementos, de huesos, músculos, nervios, órganos y por supuesto un cerebro, el cual a su vez tiene una gran cantidad de componentes. El escritor francés Alejandro Dumas en el libro La Dama de las Camelias, escrito en 1848 cita lo siguiente: “En lo pequeño esta lo grande. El niño es pequeño y contiene al hombre; el cerebro es estrecho, y alberga al pensamiento; el ojo es sólo un punto, y abarca leguas”. Lo esencial de este artículo, no es hablar de libro, el cual dicho sea de paso se los recomiendo, sino de considerar una frase de la anterior cita.

Analicemos sólo la frase “estrecho es el cerebro, y alberga el pensamiento”. El pensamiento a su vez es una cualidad humana y a la vez infinito que nos permite relacionar ideas y formar perfiles de la realidad en la mente. Es decir, que el pensamiento es una recopilación de datos e información que vamos adquiriendo a lo largo de la vida. Y es de vital importancia saber que de la calidad de información que recopilemos, así será la calidad de pensamientos que tengamos. Es decir, somos lo que son nuestros pensamientos. Tenemos que tener presente que una persona inteligente no necesariamente es exitosa.

Es el pensamiento mismo, el que ha llevado a la humanidad a evolucionar y en algunos casos, a algunas personas a sucumbir. Las actitudes se derivan de los pensamientos, las cuales serán positivas o negativas según sea lo pensemos. Es una ecuación simple. Pensamientos negativos, actitudes negativas. Pensamientos positivos, actitudes positivas, lo que conlleva la probabilidad de resultados positivos. Y si por alguna razón, no resulta como se esperaba, el mismo pensamiento positivo impulsa a que se intente nuevamente. Lo que nos lleva a la conclusión que el éxito depende de la actitud, no del conocimiento.

Para crear algo positivo, es de suma importancia alimentar nuestro pensamiento de lecturas sanas, ver programas y películas que estimulen nuestro cerebro, incluso en las conversaciones diarias. Tiene todo el derecho de no escuchar chismes, quejas, lamentos. No significa que no deba ayudar, sugerir, opinar. Me refiero cuando le cuentan lo mismo una y otra vez. Muchas personas no quieren escuchar consejos sino la aprobación de lo que quieren hacer para no tener un sentimiento de culpa.

Así que a respirar positivismo todos los días. No es una faena fácil, pero sí lograble. Ánimo, recuerda: “SI TÚ CREES, SI TÚ QUIERES, TÚ PUEDES”