Déjate cautivar por el encanto colonial y natural de Flores
La Isla de Flores tiene un encanto único que la convierte en uno de los destinos más conocidos de Guatemala. Y en esta última entrega de #DestinosVirtualesDeSemanaSanta te llevamos a este pintoresco punto en el norte del país.
Ubicada en Petén, en el Lago Petén Itzá, este pueblo sirve como «base de operaciones» para muchos turistas locales y extranjeros que se hospedan en sus casas y hostales para, desde allí, visitar varios lugares y sitios arqueológicos de los alrededores.
En la isla está la parte antigua de la ciudad, que se conecta a la urbe principal a través de una carretera. En su conjunto, Flores es la cabecera departamental de Petén y tiene más de 22 mil habitantes.
Los españoles conquistaron la isla a finales del siglo XVII, y como vestigio quedaron sus edificaciones coloniales que le dan esa apariencia tan especial al lugar, en el que abundan casas de muchos colores y que atrae a tantos amantes de la fotografía.
Otro de los atractivos de Flores es su tranquilidad. A orillas del lago se encuentran varios bares y restaurantes para disfrutar de días apacibles de la compañía de un buen libro o amigos y familiares.
Debido a su pequeño tamaño, la mejor forma de moverse por la Isla de Flores es a pie: circular todo el pueblo toma unos 15 minutos. Desde Flores pueden visitarse también los pueblos de San José y San Andrés, al norte del lago, y a los cuales se puede llegar en lancha.
Una parada casi obligatorio es el Zoológico Petencito, que queda a 10 minutos de Flores en lancha y que es hogar de monos, jaguares y otros animales.
También se puede visitar La Cueva de la Serpiente, Ak’tun Kan, a 30 minutos caminando, y el Castillo de Arismendi, construido en la época colonial.
Muchos también disfrutan de nadarse en las cálidas aguas del lago, dar una vuelta por el parque central, y por supuesto, contratar tours para conocer Tikal, El Mirador y otros lugares emblemáticos de Petén.
Foto de portada: Michiel Ton.
