Miércoles Santo: Un día de reflexión, que también habla sobre la traición
En el calendario cristiano, el Miércoles Santo marca el final de la Cuaresma, destinada a la preparación espiritual para la fiesta de la Pascua, la fiesta central del cristianismo, en la que se conmemora la resurrección de Jesús al tercer día después de haber sido crucificado.
Este día es uno de los momentos cruciales de la Semana Santa, y su significado está profundamente arraigado en la narrativa bíblica.
Significado del Lunes Santo:
Según la Iglesia Católica, el Miércoles Santo es el día en que se reúne el Sanedrín, el consejo supremo de los judíos que trataba y decidía los asuntos de estado y religión. En este día, Judas Iscariote se reúne con el Sanedrín para condenar a Jesús.
Significado del Martes Santo:
Martes Santo: Significado de este tercer día de Semana Santa
El relato de San Mateo en la Biblia (Mateo 26:14-25) cita: “En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso: ‘¿Qué estáis dispuestos a darme, si os lo entrego?’ Ellos se ajustaron con él en treinta monedas”.
Así, se configura la famosa “traición de Judas”, anticipada por Jesús ante sus apóstoles.
El Miércoles Santo también marca el inicio del Triduo Pascual, que conmemora la pasión, muerte y resurrección del Señor. Es un día de reflexión profunda, en el que los fieles consideran la traición, el sacrificio y la redención. A través de ceremonias litúrgicas y oraciones, se recuerda el camino hacia la cruz y la esperanza de la resurrección que sigue.
En resumen, el Miércoles Santo es un día de dualidad: la traición y la esperanza, la oscuridad y la luz. Es un momento para meditar sobre la fragilidad humana y la gracia divina, recordando el sacrificio de Jesús por la humanidad.