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La voluntad del valor agregado en el exterior: sociedades de consumo

Por Raúl Jorge Paz Rangel*

La multiculturalidad y la diversidad de ciudadanos de diversas nacionalidades que viven, radican, laboran y se desarrollan en regiones específicas de varios países y continentes que no son el suyo de origen, ante situaciones como la que vivimos actualmente como es el ´´COVID – 19´´, nos enseña y permite visualizar de la efectividad cultural de los usos y costumbres creando ´´Sociedades de Consumo´´.
Cuando uno se encuentra viviendo en el extranjero, resulta ser más efectivo al habito del consumo de lo producido y hecho en su país, su región, su tierra, enalteciendo su raíz de origen e incluso buscando las alternativas para poder obtener los productos que poseen de un alto valor agregado por ser considerado un producto ´´Nostalgia´´ por el hecho de ser importados, difíciles de su obtención periódica y precio, y no estar uno físicamente en su país al momento de la compra y selección, en cualquier latitud global motivando el comprar al precio y costo que sea el mismo.
Hoy en día, los acuerdos comerciales vigentes entre países socios comercialmente hablando, permiten interacciones importantes para adquirir por ende diversos productos unicos de regiones o zonas que solamente las elaboran ahí en lugares específicos, únicos y emblemáticos, ya sea por la naturaleza propia de la fuente de los ingredientes, sus procesos de elaboración e inclusive por las técnicas implementadas en los mismos. Es importante visualizar las áreas de oportunidad en los países en donde sus poblaciones de emigrantes han consolidado e incrementado las cadenas de consumo de productos masivos en su demanda, no solo de producción local o nacional, sino de productos diversos importados que, por el simple hecho de estar estos físicamente les generan un valor y aprecio especial, hasta ese destino final para su compra u obtención, permitiendo subsanar la necesidad o gusto a través de lo adquirido. Las facilidades de compra de productos extranjeros hoy en día han permitido que los productores locales, empresarios y comercializadores nacionales de cada país generen estabilidad económica momentánea en doble vía ante una globalización cada vez más exigente, conocido en el argot económico como el Gana – Gana, más aún cuando el factor de tipo de cambio en base a sus monedas les permite mayor rentabilidad y seguridad de operación internacional.
Un claro ejemplo de países que tienen acciones de comercio bilateral constante como: México, Guatemala, Canadá y los Estados Unidos, en su interacción por su excelente ubicación geográfica, permite capitalizar la logística estratégica en su movilidad, haciendo un buen esquema del costo / beneficio, de los tiempos de entrega y de consumo efectivo en fechas precisas, lo cual hace del producto a adquirir y deseado por el consumidor final un potencial del valor agregado en exterior.
Las sociedades de emigrantes que se han establecido en el exterior, son hoy en día un referente de aporte a las economías nacionales e internacionales, ya que sin compradores de productos nostalgia no habría productores de producto nostalgia, valoremos el esfuerzo de todos aquellos ciudadanos que viven fuera de sus país, y que a pesar de las situaciones mundiales y crisis en materia de salud que acontecen, son fieles de aporte a través de su compra lo hecho en su país, fortaleciendo la economía local, nacional e internacional, a través de las sociedad de consumo.
Sin duda algún momento preciso para fortalecer nuestras empresas, productores y fuentes de empleo en cada región, país y sociedades, ya que, sin proteger a estas, a través de políticas públicas efectivas, por cada uno de sus gobiernos, se corre el riesgo de no poder contar con los productos nostalgia en cualquier parte del mundo. He ahí la importancia del valor agregado en el exterior.

*Exmiembro del Servicio Exterior Mexicano, en Guatemala y Canadá.