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Cuatro formas de ayunar para mañana

Mañana sábado 21 de marzo es un día de ayuno y oración nacional. El llamado fue hecho por el presidente Alejandro Giammattei como parte de nuestra lucha contra el coronavirus (Covid-19).
A esta iniciativa se han sumado miles de personas individuales, pastores, sacerdotes y familias.
Para hacerlo de manera adecuada y conforme las escrituras, hemos consultado subiblia.com para referencia de los tipos de ayunos que hay:

AYUNO TOTAL
Este es el ayuno más radical que podemos hacer. En este no se come ni se bebe nada, el cuerpo no recibe ningún tipo de nutrientes. En la Biblia encontramos un ejemplo en el capítulo 4 del libro de Ester.
Ve y reúne a todos los judíos que están en Susa, para que ayunen por mí. Durante tres días no coman ni beban, ni de día ni de noche. Yo, por mi parte, ayunaré con mis doncellas al igual que ustedes. Cuando cumpla con esto, me presentaré ante el rey, por más que vaya en contra de la ley. ¡Y, si perezco, que perezca!
(Ester 4:16)
Ester, sus doncellas, Mardoqueo y todos los judíos de la ciudad de Susa estarían tres días y tres noches sin comer ni beber nada antes de que Ester fuera a hablar con el rey. Ella iba a rogar por la vida de su pueblo. Vemos que es un ayuno muy radical pero la situación tan crítica lo ameritaba.
El ayuno total debe hacerse solo por períodos cortos de tiempo, por ejemplo, 6, 12 o 24 horas. Es muy importante no hacer este tipo de ayuno por más de tres días. Se recomienda hacerlo bajo supervisión médica ya que el cuerpo no recibe ningún tipo de nutrientes y puede ser peligroso para la salud.

AYUNO CON AGUA
Este es el tipo de ayuno más conocido. No se come nada, pero se puede beber agua. Al permitir hidratarse puede ser un poco más extenso que el ayuno total, pero también es aconsejable consultar con un médico sobre todo si se piensa estar por más de dos días solo con agua.
Se piensa que este fue el ayuno que Jesús hizo por 40 días justo antes de comenzar su ministerio. Los Evangelios mencionan que Jesús dejó de comer y tuvo hambre, pero no dicen que tuviera sed. Leemos en el Evangelio de Lucas 4, 1 y 2:
Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto
2 por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre.
Hay personas que deciden incorporar jugos de frutas o agua con gotas de limón al hacer este ayuno.

AYUNO PARCIAL
El ayuno parcial consiste en eliminar solo ciertos alimentos. La idea es comer de forma sencilla para mantener el cuerpo funcionando, sin comer en exceso o por placer. En la Biblia encontramos el ejemplo de Daniel, vemos cómo practicó este ayuno durante tres semanas.
Daniel dejó de comer comidas especiales (elaboradas o sabrosas) y carne. También dejó de beber vino. Este ayuno de Daniel es muy conocido y seguido ya que es menos radical. Es más fácil para personas que tienen alguna condición de salud que no les permite realizar otro tipo de ayuno.
En aquella ocasión yo, Daniel, pasé tres semanas como si estuviera de luto. En todo ese tiempo no comí nada especial, ni probé carne ni vino, ni usé ningún perfume.
(Daniel 10:2-3)
Este ayuno puede ser más extenso ya que se elimina solo cierto tipo de alimentos y desgasta menos el cuerpo. Hay personas que deciden dejar de comer carne, otras dejan de lado los postres, dulces o golosinas. Es bastante común beber solo agua en lugar de jugos o refrescos durante este ayuno.

OTROS TIPOS DE AYUNO
La Biblia menciona otro tipo de ayuno que no tiene que ver con la comida. Se trata de dejar de lado por un tiempo cosas que no son alimentos. Por ejemplo, Daniel dejó de usar perfume cuando hizo el ayuno parcial de tres semanas (Daniel 10:2-3).
En 1 Corintios 7:5 encontramos también el ejemplo de abstenerse de sexo en el matrimonio por un tiempo corto para dedicarse a la oración. Esto debe hacerse por mutuo acuerdo de la pareja.
Hoy día vemos personas que deciden abstenerse del uso de las redes sociales o de la televisión durante unos días ya que desean usar ese tiempo para profundizar más en su relación con Dios y enfocarse en buscar su voluntad. Este tipo de ayuno puede ir unido a un ayuno parcial.
Sea cual sea el ayuno que escojamos lo más importante es dedicar ese tiempo a buscar más de Dios. El énfasis debe estar en pasar tiempo con él, orando, adorándole y leyendo su palabra. Debe ser un tiempo en el que todo lo demás pase a segundo plano, nos deleitemos en escuchar a nuestro Padre y en recibir lo que él quiera darnos.